
Cuando hablamos de sostenibilidad en el ámbito de la salud, corremos el riesgo de caer en lugares comunes o en promesas vacías de impacto. Sin embargo, en medio del ruido, existen iniciativas que no solo apuestan por el cambio, sino que lo ejecutan con resultados medibles y transformadores. Tal es el caso del trabajo que Roche ha venido desarrollando en República Dominicana, cuyos avances recientes se recogen en su Reporte de Sostenibilidad 2024. Y más que un simple documento corporativo, este reporte parece una hoja de ruta ética, científica y social para fortalecer el sistema sanitario del país.
Según datos del propio informe, más del 65% de las mujeres dominicanas con cáncer de mama son diagnosticadas en etapas avanzadas. Este número no es solo una estadística médica: es un reflejo de las profundas desigualdades en el acceso a diagnóstico temprano, navegación del sistema y tratamiento oportuno. Frente a esta realidad, Roche ha optado por una intervención estructural basada en colaboración intersectorial, innovación digital y formación profesional.
El programa “Sospecha, Detecta y Deriva”, por ejemplo, capacitó a más de 200 médicos ginecólogos y generales para reconocer signos tempranos del cáncer y derivar a las pacientes a centros especializados. Esta intervención no solo mejora las tasas de detección temprana, sino que representa un ahorro sustancial en los costos de tratamiento, a la vez que disminuye la presión sobre un sistema ya sobrecargado.
Tecnología con propósito, no solo por tendencia
Una de las acciones más innovadoras del año ha sido la creación de la plataforma digital “Tu salud es importante”, que mediante un simple código QR, accesible desde hospitales públicos, conecta a los pacientes con información clara sobre sus enfermedades, procesos de cobertura, ayudas estatales y rutas de atención. En un país donde las barreras informativas son un obstáculo diario, especialmente en zonas rurales, esta solución digital representa un salto cualitativo en el empoderamiento del paciente.
Además, Roche ha promovido la capacitación en análisis de datos clínicos para personal del sistema de salud y asociaciones civiles, sentando las bases para un modelo más inteligente de toma de decisiones.
No se trata de retórica. Las cifras hablan por sí solas:
- Más de 4,800 personas impactadas directamente por actividades de salud y bienestar en 2024.
- Más de 200 mujeres tamizadas y referidas oportunamente fuera de la capital.
- 735.5 horas de voluntariado solo en 4 países de la región, incluyendo República Dominicana.
Y no menos importante: el 85% del personal de Roche en la región percibe oportunidades de crecimiento interno, lo que indica un compromiso no solo externo, sino también con su propio capital humano.
Un modelo replicable para otros actores
No se puede hablar de sostenibilidad sin hablar de alianzas. Como señaló Melissa Delgado, directora de Asuntos Corporativos de Roche para Caribe, Centroamérica y Venezuela:
“Referir a tiempo, navegar con información y trabajar en conjunto no solo salva vidas, también construye un sistema de salud más fuerte, humano y preparado para el futuro”.
Y es que la sostenibilidad no se logra únicamente con inversión económica (aunque Roche invirtió más de 34 millones de dólares en beneficios y salarios), sino con un enfoque ético, socialmente comprometido y técnicamente competente.
¿Estamos ante una campaña de relaciones públicas o ante un modelo serio de transformación social? En mi opinión, lo segundo. Roche ha logrado algo que pocas multinacionales pueden afirmar con pruebas: convertir la sostenibilidad en acción estructural. Lo que queda por ver es si otros actores, tanto públicos como privados, están dispuestos a seguir esta ruta.
La salud no puede esperar, y los pacientes tampoco. Esta experiencia debería encender alarmas y esperanzas en otros sectores. Si algo nos ha demostrado el enfoque Roche es que con visión, colaboración y ciencia, los resultados son no solo posibles, sino urgentes.